La
sinusitis es una enfermedad frecuente que se debe a la infección
bacteriana o vírica de uno o más de los senos paranasales,
sobre todo los senos nasales, frontales y maxilares que son pequeñas
cavidades ubicadas en el interior de los huesos de la cara y en el hueso
frontal. Como consecuencia las mucosas de dichos senos se inflaman y duelen.
La
causa primaria que conduce a la sinusitis es la obstrucción de
los orificios de los senos. Con esta obstrucción, la circulación
sanguínea y la ventilación de la cavidad sinusal son menores,
lo que favorece el crecimiento bacteriano. La infección puede ser
aguda, intermitente o crónica. Los causantes más habituales
son las bacterias, aunque etiologías víricas y raramente
micóticas también producen sinusitis.
Síntomas
Los
síntomas más frecuentes de sinusitis aguda son cefalea,
secreción mucopurulenta y fiebre. Otros síntomas son la
epistaxis (sangrado de nariz) malestar general, tos, hiposmia (falta de
olfato) disminución de la sensibilidad del gusto, dolor a la masticación
y afonía. En los niños con sinusitis crónica, la
tos es la queja más habitual: la fiebre es menos frecuente.
Los
pacientes con sinusitis crónica presentan por lo general secreción
posnasal purulenta, congestión nasal y cefaleas. Otros síntomas
son tos, halitosis y rinorrea crónica. El intenso dolor facial
es un síntoma infrecuente en los pacientes con sinusitis crónica.
En algunos casos los pacientes no tienen síntomas.
El
enfermo respira por la boca y el habla se vuelve nasal.
El
dolor es intenso, focalizado en el seno afectado. Por ello la sinusitis
frontal produce dolor por encima de los ojos, dolor que se agrava por
las mañanas. Si los afectados son los senos maxilares, el dolor
se localiza en las mejillas, muchas veces tiene carácter pulsátil,
y puede empeorar al inclinarse o con los movimientos de la cabeza. Los
niños pueden desarrollar una tendencia a contraer infecciones en
el oído.
La
sinusitis es muy rara entre los niños pequeños, porque sus
senos están poco desarrollados.
Cuando
aun no se conocían los antibióticos, la infección
podía llegar a propagarse desde la membrana mucosa de los senos
hacia el interior del hueso, e incluso hacia el cerebro, originando casos
de meningitis o de abscesos cerebrales, circunstancias que el la actualidad
ya no se producen.
Diagnóstico
La
historia clínica y la exploración física son esenciales
y pueden identificar la sinusitis en el 80% de los casos. En el examen
clínico, puede visualizarse una mucosa nasal roja, edematosa, con
secreción nasal purulenta, asociada con sensibilidad del seno a
la presión. Por el contrario. La exploración física
en la sinusitis crónica puede ser normal o revelar pólipos
nasales o secreción nasal purulenta. Las técnicas radiográficas
de imagen, como la radiografía de senos y la tomografía
computarizada (TAC) deben reservarse para problemas diagnósticos
difíciles y para las sinusitis insensibles a los antibióticos.
La
tomografía computarizada es útil para visualizar el contenido
y la anatomía ósea de los senos, sobre todo so se sospecha
sinusitis esfenoidal y etmoidal o neoplasia. En los pacientes con sinusitis
recidivante, hay que considerar factores alérgicos y no alérgicos.
Además de las pruebas cutáneas de alergia, son útiles
las determinaciones cuantitativas de inmunoglobulinas, la prueba de cloro
en sudor y los estudios de motilidad ciliar.
Tratamiento
Es
conveniente tratar precozmente la sinusitis y todas las infecciones relacionadas,
con el fin de prevenir el desarrollo de posibles complicaciones graves.
Los
enfermos de sinusitis deben permanecer en casa, en una habitación
con temperatura constante y elevada humedad, pues en un amiente seco y
excesivamente caldeado se agravan los síntomas, para ello es de
utilidad el uso de humidificadores.
El
tratamiento médico consiste en la administración de antibióticos
y en la utilización de descongestivos en tabletas, gotas
nasales o pulverizadores.
Los
descongestivos alivian la hinchazón de las membranas, ensanchando
los canales aéreos; deben usarse bajo prescripción y control
médico y con moderación, ya que su uso prolongado tiene
efectos secundarios indeseados.
En
caso de que la sinusitis se convierta en crónica será más
difícil de tratar, porque cada nueva infección, suele producir
un cuadro más prolongado y acentuado que el anterior.
Si
la sinusitis, persiste, puede ser necesario practicar una operación
menor, con anestesia local, para efectuar una evacuación y limpieza
del seno o senos afectados y, en su caso, practicar un conducto adicional
que facilite el drenaje.
La
duración del tratamiento de la sinusitis aguda debe ser de al menos
diez-catorce días y ala de la sinusitis crónica de tres-cuatro
semanas.
Además
del tratamiento es bueno seguir algunos consejos para mejorar la evolución
de la enfermedad:
*
Cuando se tiene la nariz muy tapada no se debe sonar con fuerza excesiva,
ya que puede producirse una hemorragia nasal. Así mismo, no deben
sonarse ambas fosas al mismo tiempo, sino que debe hacerse de macera
alternativa. De lo contrario, se fuerza el aire retenido hacia la trompa
de Eustaquio y el oído medio, lo que puede perforar el tímpano.
Además, facilita la propagación de las infecciones hacia
el oído.
*
Existen diferentes preparados para realizar inhalaciones, y casi todos
suelen contener mentol: cuando se disuelven en agua caliente y se aspiran
por la nariz facilitan el desprendimiento de las mucosas existentes,
que se eliminan al sonarse.