En
uno de cada cuatro pacientes que sufren de lumbago, los episodios de dolor
de espalda tienden a repetirse cada vez con mayor frecuencia y a ser cada
vez de mayor duración en el tiempo. Por ello, es importante que una vez
que haya cedido el incidente doloroso agudo el paciente se conciencia
de las medidas que debe adoptar para evitar su recurrencia e impedir las
recaídas.
Tan
pronto como sea posible deben iniciarse ejercicios para fortalecer la
musculatura de la espalda, de la región lumbar y los músculos de la pared
abdominal. Si existe un peso corporal excesivo, debe eliminarse mediante
la dieta adecuada. La tensión psíquica y emocional que exista en el ámbito
laboral, familiar y personal debe ser reducida mediante el tratamiento
adecuado.
Es
importantísimo vigilar y eliminar con el ejercicio los vicios posturales
que se detecten en la espalda durante la vida laboral, tanto para oficios
sedentarios como para los que requieran grandes esfuerzos físicos con
la espalda. Se deben evitar las actividades deportivas en las que se realicen
movimientos bruscos de la columna vertebral. Así sucede, sobre todo para
personas de vida laboral sedentaria, con deportes tales como el tenis,
el golf y el esquí. Estos deportes no favorecen un desarrollo muscular
armónico, y si se practican esporádicamente los fines de semana pueden
originar, en ocasiones, cuadros de lumbalgia crónica. Recomendarnos por
el contrario actividades como el caminar y la natación, muy adecuadas
para el fin perseguido de prevenir la lumbalgia.
Lumbalgia
Crónica
En
aquellos pacientes en los que, a pesar de un enfoque diagnóstico y tratamiento
correctos, los episodios de lumbalgia se repiten cada vez con mayor frecuencia
y con mayor duración en el tiempo, se produce una importante limitación
de la vida profesional y privada. En estos casos hablamos de lumbalgia
crónica.
Se
consideran como factores individuales de riesgo para el desarrollo de
la lumbalgia crónica los siguientes: las ocupaciones sedentarias, trabajos
que se desarrollen en situaciones de estrés y tensión emocional, la conducción
de vehículos pesados, el uso laboral de martillos neumáticos y de objetos
que vibren, determinadas ocupaciones manuales, la ansiedad y la depresión.
La evaluación del paciente con lumbalgia crónica incluye, a menudo, la
participación de diferentes médicos y de otros especialistas, con una
forma de enfoque y de trabajo en equipo multidisciplinario.
Puede
ser útil para el tratamiento de estos pacientes el empleo de determinados
medicamentos también utilizados en el tratamiento de las depresiones (llamados
antidepresivos tricíclicos), aunque a dosis más bajas. En estas situaciones
resulta imprescindible, además, el aprendizaje de nuevas técnicas de adaptación,
con la eliminación de todos los hábitos nocivos acumulados y del estrés
físico y emocional que los pacientes con lumbalgia crónica presentan,
a menudo, durante el trabajo y la vida diaria.
Otras
técnicas terapéuticas tales como las manipulaciones vertebrales, la inyección
en las estructuras vertebrales de medicamentos antiinflamatorios y/o anestésicos
locales y las infiltraciones epidurales, entre otras, pueden proporcionar
alivio de sus síntomas a los pacientes con lumbalgia crónica.