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Rodilla I volver

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Afecta a los compartimentos femorotibial medial (el más frecuente, presente en el genu varo), lateral (afectado en caso de genu valgo) y femoropatelar. Son frecuentes el dolor, los chasquidos y el derrame articular.

La rodilla es una articulación también expuesta a la progresión de la artrosis. Al igual que en otras articulaciones del cuerpo, se produce adelgazamiento del cartílago articular, haciéndose la superficie articular rugosa, apareciendo luego lesiones ulcerosas del cartílago, pudiendo éste desaparecer en forma parcial o total. La movilidad de la rodilla suele ser muy dolorosa, principalmente en los estadios avanzados de la afección.

Frecuencia y Generalidades

La artrosis de rodilla es una de las enfermedades reumáticas más frecuentes. Aproximadamente un 60% de la población que consulta por dolores de rodilla padece esta enfermedad. Es bastante, más frecuente en la mujer que en el varón (un 75% de los pacientes son mujeres). La edad de aparición suele ser a partir de los 50-55 años, ya que se trata de una enfermedad, que aparece por "envejecimiento del cartílago", lo cual hace que prácticamente los jóvenes no la padezcan, a no ser que exista una lesión previa de la rodilla que predisponga a la artrosis. La causa exacta por la cual aparece no se conoce.

Anatomía Elemental

La rodilla es una de las dos articulaciones más importante del miembro inferior (la primera es la cadera). En realidad está formada por dos articulaciones diferentes, aunque ambas actúan sincrónicamente. Una es la formada por la rótula y el fémur (articulación femoro-patelar) y la segunda es la formada por el fémur y la tibia (articulación tibiofemoral).

La articulación de la rodilla está formada en esencia por el componente óseo (fémur, rótula y tibia), el cartílago, la membrana sinovial, los ligamentos y los músculos que la rodean. Veamos brevemente cuál es el papel de cada una de estas estructuras.

Cuando un hueso se pone en contacto con otro para articularse, es preciso que entre ambos haya algún tipo de tejido más blando, que sirva en primer lugar para evitar el roce de un hueso con otro, y en segundo lugar para que el deslizamiento se haga de forma suave y a la vez amortigüe el contacto. Este papel está reservado al cartílago.

A su vez, la articulación necesita el "aceite" que todas las piezas mecánicas articuladas poseen. Este papel lo realiza el líquido sinovial, que en la articulación normal se encuentra en pequeñas cantidades.

Foto propiedad de http://www.zonamedica.com.ar

Por otro lado, este conjunto articular (hueso más cartílago), precisa estar protegido y aislado de su entorno; para ello está la membrana sinovial que, a modo de "funda" , envuelve la articulación.

Si esto fuera todo, la unión de estos huesos sería muy débil; para solucionar este problema están los ligamentos y los músculos: los primeros son los encargados de fijar y unir la articulación, los segundos refuerzan este papel, además de ser los motores de la articulación.

Síntomas

El síntoma primordial de la artrosis es el dolor. Sin embargo, es un dolor que posee unas características especiales. Por ejemplo, se produce sobretodo al empezar a andar, mejorando e incluso desapareciendo cuando se lleva un rato caminando (cuando “se calientan las articulaciones” ). Es especialmente molesto cuando se camina por terrenos irregulares, y sobre todo al subir y bajar escaleras. Una característica importante es el dolor y rigidez de la rodilla cuando se empieza andar después de haber estado en reposo. Es muy habitual que el simple movimiento de flexión y extensión de la rodilla produzca unos chasquidos fácilmente audibles, que preocupan mucho al enfermo pero que carecen de importancia. Ocasionalmente, y casi siempre en relación con un “uso excesivo” de la articulación, por ejemplo tras una caminata, puede aparecer un derrame articular que deberá ser evacuado. En los primeros años de la enfermedad la artrosis no duele en reposo, por lo que es normal que el enfermo busque alivio descansando, bien sentado o en la cama. Con el paso del tiempo, se va produciendo una debilidad en la articulación y se puede empezar a notar que la rodilla “falla” . El enfermo tiene la sensación de que a veces la rodilla no le sostiene y esto puede ser motivos de caídas. Cuando la artrosis evoluciona a los grados más severos, el dolor aparece ya en reposo, se hace nocturno e incluso impide conciliar el sueño. Todo ello trae consigo que, para caminar, el paciente tenga que ayudarse de bastones o muletas, y se encuentre con un ritmo de vida muy limitado. Afortunadamente, la gran mayoría de los pacientes con esta enfermedad no llegan a esta situación. En ellos, un sencillo tratamiento médico será suficiente para que sus molestias se alivien.

Fecha última Inserción/Actualización: 17/04/2013

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