Tratamiento
Como
en toda artrosis, lo primero que conviene aclarar es que no disponemos
de un tratamiento curativo. En la medicina actual carecemos de un fármaco
capaz de regenerar el cartílago, que como ya se ha dicho es la
primera estructura que se lesiona y por donde realmente comienza la artrosis.
A pesar de todo, hoy en día disponemos de los suficientes recursos
como para que el paciente con artrosis tenga una calidad de vida aceptable.
El tratamiento
de la artrosis de cadera tiene tres apartados, a veces complementarios,
sumamente importantes:
a) Rehabilitación y ayudas
b) Medicamentos
c) Cirugía.
a)
Rehabilitación y Ayudas
La
realización de una buena rehabilitación con la práctica
de unos ejercicios adecuados es fundamental para que la cadera mantenga
una movilidad aceptable. Al principio puede ser aconsejable que estos
ejercicios se aprendan en un servicio de rehabilitación. En la
fase de más dolor la realización de ejercicios es piscinas
es muy útil, ya que el efecto antigravitatorio del agua permite
una movilidad más amplia de la cadera. En las fases agudas, cuando
el dolor es intenso, puede ser necesario unos días de reposo en
la cama. No obstante, enseguida habrá que iniciar la movilidad
de la cadera.
Cuando
el dolor al caminar es importante va a ser necesaria la ayuda de un bastón,
que siempre se llevará en la mano de la cadera sana. Esto evita
que la cadera dañada apoye todo su peso durante la marcha. El uso
del bastón suele producir un gran alivio del dolor. Sin embargo
mucha gente muestra una gran resistencia a emplearlo, argumentando cosas
tan peregrinas como "el bastón es para los viejo". En
muchos casos estos argumentos se desvanecen en cuanto comprueban los beneficios
que les reporta. La utilización de otros utensilios, como calzadores
de mango largo ( que evitan tener que agacharse para calzarse) o sentarse
siempre en sillas rectas, evitando sofás demasiado blandos, son
otras medidas que suelen ser útiles.
b)
Medicamentos
En
cualquier situación que curse con dolor hay que emplear calmantes.
Si las molestias son leves puede ser suficiente tomar paracetamol o 1
ó 2 aspirinas al día. Sin embargo, en la mayoría
de los casos el dolor no desaparece con estas medidas y habrá que
recurrir a aumentar la dosis de aspirinas o a tomar otros antiinflamatorios,
los cuales suelen ser muy útiles para calmar el dolor. La toma
de esta medicación siempre debe hacerse bajo control médico,
ya que pueden aparecer efectos secundarios. No obstante, los antiinflamatorios
más modernos han sido diseñados para minimizar los efectos
sobre el aparato digestivo.
c)
Cirugía
Es
el último recurso, ya que la prótesis de cadera, a pesar
del gran avance que ha supuesto, se sigue considerando una intervención
mayor y por lo tanto de cierto riesgo. A pesar de todo, la prótesis
de cadera se puede considerar como uno de los grandes avances de la cirugía
ortopédica de las últimas décadas. Este tipo de cirugía
está perfectamente estandarizada y en cualquier hospital español
se realiza de forma rutinaria y con excelentes resultados, ya que la desaparición
del dolor es inmediata y la recuperación muy rápida, lo
cual supone que enfermos prácticamente inválidos estén
a los pocos días caminando y haciendo vida normal. En cualquier
caso, la cirugía siempre hay que considerarla el último
recurso del paciente en el cual el tratamiento médico ha fracasado.
En
resumen la artrosis de cadera, es una enfermedad que cuando es severa
produce una gran invalidez. Es menos frecuente que otras artrosis ( como
la de rodilla), pero suele ser más incapacitante. En general suele
responder bien al tratamiento médico convencional. Para los casos
rebeldes, la cirugía de las prótesis ha supuesto una auténtica
revolución en el pronóstico y calidad de vida de estos enfermos.
Ejercicios
Recomendados
Acostado
sobre la espalda y con las dos piernas separadas, meter el vientre lo
más posible.
Estando
tumbado de lado, levantar la pierna en prolongación del tronco
con la rodilla extendida y descenderla muy lentamente.
Rotación
hacia adentro y hacia afuera del miembro inferior y del pie, estando extendido
sobre el lecho y la rodilla también en extensión.
Flexionar
la rodilla, levantar la pierna y descenderla muy lentamente.
Acostado
sobre el vientre, levantar la pierna hacia atrás con la rodilla
extendida.