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Las
personas con tendencia a la formación de tapones en los oídos requieren
la adopción de medidas preventivas, lo que constituye, de lejos, el mejor
tratamiento posible. Básicamente consiste en evitar la utilización de
bastoncillos y otros elementos similares de limpieza, evitar el empleo
frecuente de champús (especialmente si tienen un pH muy ácido o muy básico)
y acudir al médico otorrinolaringólogo una vez al año de forma rutinaria.
La
mayoría de los tapones de cera en los oídos son fácilmente eliminados
en el hogar y no se requiere la intervención del médico o del personal
de enfermería. No obstante, en caso de sordera súbita, producida o no
después de un baño, lo más recomendable es que sea el médico quien examine
al paciente mediante un otoscopio y establezca la certeza de la presencia
de un tapón.
La
extracción de los tapones de cerumen es muy sencilla siempre que no existan
contraindicaciones, como la perforación de tímpano, procesos infecciosos,
etc. Existen dos procedimientos estándar para ello:
- Maceración de agentes
cerumenolíticos.
- Irrigación de
canal auditivo con agua templada.
Generalmente,
la primera opción terapéutica en los pacientes que no tienen historial
reiterado de tapones en los oídos suele implicar la utilización de sustancias
cerumenolíticas durante algunos días, con lo que el tapón suele deshacerse
de forma rápida y completa. Este procedimiento es más fácil, rápido, seguro
y cómodo para el paciente. La extracción suele realizarse con una cureta
o un asa roma, o bien se aspira a través de una cánula en el caso de que
el tapón no salga por el drenaje natural del canal auditivo.
Principales
Agentes Cerumenolítícos
-
Solución de bicarbonato sódico. Hay datos experimentales que demuestran
la efectividad de las soluciones de bicarbonato sódico al 10% en la
disolución de tapones. Probablemente, es la mejor opción de todas
o, al menos, la más contrastada.
-
Agua
Oxigenada: un par de gotas /12 horas durante 48 horas.
-
Solución de hidróxido o de carbonato potásico.
-
Tensioactivos. El más utilizado es el laurilsulfato sódico.
-
Glicerina.
-
Aceite de oliva o de ricino.
En
algunas preparaciones se incluyen otros productos, tales como anestésicos
locales (benzocaína, clorobutanol), antisépticos (fenol) o incluso disolventes
grasos (esencia de trementina), generalmente en cantidades muy pequeñas.
La utilidad de estos productos es cuestionable y pueden producirse reacciones
locales en la dermis del canal auditivo.
Fecha
última Inserción/Actualización: 17/04/2013
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