Crisis
Generalizadas Convulsivas
Las
crisis generalizada convulsivas pueden ser tónicas, clónicas
o, con mayor frecuencia, una combinación de ambos tipos.
En
este caso se produce pérdida brusca de la consciencia con una contracción
muscular tónica (el paciente está rígido). El paciente
tiene dificultad para respirar (puede aparecer cianosis), cae al suelo
y suele emitir un grito por el espasmo de la laringe. Puede morderse la
lengua y sufrir incontinencia urinaria o fecal. A continuación
se produce la fase clónica, con sacudidas repetidas, respiración
estertórea e hipersalivación. El proceso finaliza con la
relajación del paciente, que al despertar tiene amnesia, cefalea
y somnolencia.
Las
crisis tónicas suelen ser muy breves y provocan la caída
del enfermo, que se golpea en la frente si la crisis es en flexión,
o en la nuca si es en extensión.
Crisis
Generalizadas no Convulsivas o Ausencias
Consisten
en la interrupción brusca de la actividad con mirada perdida y,
en ocasiones, rotación de los ojos, durante segundos, que finaliza
bruscamente. En ocasiones puede acompañarse de sacudidas clónicas
en párpados, labios... y de automatismos y cambios vegetativos.
En
general, las ausencias típicas son simples, en las que el paciente
sólo sufre una momentánea desconexión de lo que le
rodea. Por el contrario, las ausencias atípicas casi siempre son
complejas y se combinan con diversos tipos de crisis convulsivas.
Crisis
Mioclónicas
Son
sacudidas musculares breves, como eléctricas, que ocurren de forma
espontánea o provocadas por estímulos sensoriales. Por efecto
de estas mioclonías los pacientes pueden lanzar los objetos que
tienen en las manos (por ejemplo, es característico que tiren la
taza del desayuno por que estas mioclonías suelen ser más
frecuentes poco después de despertarse).
Síntomas
Prodrómicos
Los
ataques epilépticos pueden estar precedidos por síntomas
prodrómicos desde horas o días antes de la crisis. Consisten
en cambios de humor, irritabilidad, alteraciones del sueño, del
apetito o del comportamiento en general (incapacidad para concentrarse,
nerviosismo y ansiedad crecientes). Si se afecta un determinado grupo
de músculos, el paciente percibe sensaciones raras a ese nivel.
Alteraciones
Psiquiátricas
Las
alteraciones psiquiátricas más comunes en el paciente epiléptico
son; deterioro cognitivo, trastornos de personalidad y trastornos neuróticos,
sobre todo episodios reactivos (31% ansiedad y depresión). Hay
que señalar que en la población epiléptica las tentativas
de suicidio son hasta cinco veces superiores a las de los controles.
Por
otra parte, algunos autores se han cuestionado la existencia de una "personalidad
del paciente epiléptico" caracterizada por ser "pegajosa",
detallista, con alteraciones en la conducta sexual e "hiperreligiosidad".
Por supuesto, no existe ningún argumento lógico para dicha
afirmación y no hay que olvidar que el paciente epiléptico
es una persona como cualquier otra que únicamente puede ver modificados
sus rasgos de personalidad por las inseguridades y miedos que le puedan
generar las crisis o por el desigual trato que les pueda brindar la sociedad.
Otro
factor estresante asociado a la epilepsia es la imprevisibilidad de las
crisis que producen sensación de pérdida de control y déficit
de autoeficacia personal. Esto lleva a los pacientes a intentar predecir
sus crisis a través de la ilusión de control que proporcionan
sus frecuentes mecanismos obsesivos y su hiperreligiosidad.