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La Dependencia Alcohólica III volver

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Tratamientos del síndrome de abstinencia


Tras haberse ensayado un amplio número de medicamentos para el tratamiento farmacológico del síndrome de abstinencia alcohólico, las benzodiazepinas continúan siendo consideradas como la terapia más segura y eficaz en esta indicación. Numerosos estudios indican una clara reducción de la incidencia de convulsiones y de delium tremens. Entre los derivados más utilizados están clordiazepóxido, diazepam, lorazepam y oxazepam.

En general, se considera que las benzodiazepinas de acción larga son preferibles, debido a que permiten una supresión del alcoholismo más tolerable, previniendo de forma más eficaz los ataques convulsivos. Los derivados de acción corta o intermedia pueden sin embargo, ser preferibles en pacientes con disfunción hepática.

Otros tratamientos estudiados se basan en el empleo de betabloqueantes, aunque como coadyuvantes a las benzodiazepinas. En este sentido, el atenolol ha demostrado mejorar significativamente los signos y síntomas de abstinencia alcohólica, en tanto que la clonidina y la carbamazepina también reducen estos síntomas. Dado que las benzodiazepinas constituyen el tratamiento de referencia, todos estos últimos fármacos son considerados preferentemente como adjuntos a la terapia.

Tratamientos para Prevenir la Recaída

Actualmente están disponibles en España cuatro medicamentos potencialmente útiles para evitar que el paciente vuelva a consumir alcohol. Las estrategias son, básicamente, dos:

1. La Terapia de Aversión

Consiste en provocar efectos desagradables sí el paciente consumo alguna bebida alcohólica. El mecanismo utilizado es el bloqueo del enzima acetaldehído deshidrogenasa. Esto produce una acumulación de acetaldehído (principal metabolito del alcohol) en la sangre, que conduce a manifestaciones tales como rubefacción , sofocos, náuseas, vómitos y diarrea. El fármaco de referencia del grupo es el disulfiramo.

Los resultados del uso de disulfiramo en algunos estudios han producido cierto grado de controversia, ya que globalmente no se han registrado mejores índices de abstinencia que los controles utilizados. No obstante, ciertos subgrupos poblacionales sí son susceptibles de beneficiarse de sus efectos aversivos, en especial los sujetos de mas edad que son socialmente estables.

Por consiguiente, el disulfiramo puede resulta útil en pacientes rigurosamente seleccionados, con una buena disposición hacia el abandono del alcoholismo, aunque los efectos adversos (en especial, la hepatotoxiciáad y la neuropatía), junto con la intensidad de sus manifestaciones en presencia de alcohol, limita notablemente su utilidad terapéutica real.

La carbimida (cianamida) cálcica es otro inhibidor de la acetaldehído deshidrogenasa, aunque mucho menos experimentado que el disulfiramo.

2. El Alivio del Ansia de Alcohol

La naltrexona es un antagonista de los receptores opioides con una elevada semivida de eliminación, lo cual facilita una cómoda dosificación. Se estima que actúa anulando los efectos placenteros (posiblemente mediados por endorfinas) asociados al consumo de alcohol, y por tanto tiende a disminuir el ansia de las personas.

Los datos clínicos disponibles no indican resultados espectaculares y además se refieren a periodos cortos de tratamiento (tres meses). No obstante, se alcanzan índices superiores al 50% en los pacientes que se mantienen abstemios en el período analizado, frente a un 30% con placebo, todo ello en pacientes bien predispuestos y con apoyo psicoterapéutico.

El acamprosato es un derivado de la homotaurina (bisacetilhomotaurinato cálcico), la cual es un análogo del GABA. Produce índices de abstinencia cercanos al 50% en períodos de cuatro meses, comparados con un 20% con placebo.

Fecha última Inserción/Actualización: 30/04/2017

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