La
mujer con lupus tiene más riesgo de abortos. Hay una variante de
la enfermedad conocida como el SINDROME ANTIFOSFOLIPIDO. Se caracteriza
por la presencia de anticuerpos anticardiolipina y de anticoagulante lúpico
en la sangre.
Lamentablemente
todavía existe en muchos médicos la noción de que
Lupus y embarazo son incompatibles. Algo parecido a la relación
Lupus y sol.
Por
el contrario, Lupus y embarazo son compatibles aunque los embarazos deben
planearse cuidadosamente y requieren un seguimiento meticuloso.
La
fertilidad en pacientes con Lupus es normal. Es mejor realizar la contracepción
con métodos de barrera (profiláctico, diafragma, etc.) dado
que la indicación de anticonceptivos orales y otros preparados
hormonales sigue siendo controversial. De la misma forma, los dispositivos
intrauterinos (DIU) pueden aumentar el riesgo de infecciones en pacientes
inmunosuprimidos.
La
relación entre Lupus y embarazo es también un tema controvertido.
En algunas series numerosas de pacientes hay una mayor frecuencia de brotes
durante el embarazo. En otras, la frecuencia de los brotes no es mayor
que la que presentan las pacientes con Lupus no embarazadas. En general,
puede afirmarse que la enfermedad tiende a exacerbarse durante el embarazo
aunque estos brotes suelen ser leves o moderados y fácilmente controlables
modificando las dosis de corticosteroides.
Se
estima que en 10 a 20% de los casos los brotes pueden ser severos y dentro
de estos existe la posibilidad de que el compromiso renal previo al embarazo
empeore. Por este motivo, los exámenes de orina y de otros parámetros
de función renal son decisivos durante todo el curso del embarazo.
Afortunadamente el desarrollo de insuficiencia renal irreversible en este
período es infrecuente.
Mucho
más clara es la situación durante el puerperio; existe mayor
consenso en aceptar que los meses que siguen al parto constituyen el segmento
durante el cual los brotes de la afección son más frecuentes.
Por
todas estas razones, si bien el embarazo no está contraindicado
en pacientes con Lupus, es necesario monitorear cuidadosamente la actividad
de la enfermedad y las posibles complicaciones derivadas de órganos
afectados previo al embarazo. El punto más importante a recordar
es que el momento ideal para la fecundación es después de
varios meses de remisión clínica de la afección.
Esto disminuye marcadamente la frecuencia de brotes durante el embarazo
subsiguiente.
Mucho
más claro es, también, el conocimiento de los efectos de
la afección sobre el feto. Existe un mayor número de pérdidas
fetales y una tasa más alta de prematuridad y de retraso de crecimiento
uterino que en la población normal. Hoy en día se sabe que
un porcentaje variable de pérdidas fetales está vinculado
a la presencia de anticuerpos antifosfolipídicos (anticuerpos anticardiolipinas
y anticoagulante lúpico). Esto debe ser claramente explicado a
la futura madre en el momento de planearse el embarazo, poniendo énfasis
en el buen pronóstico en general y en la mayor posibilidad de pérdida
fetal.
Los
brotes de la enfermedad durante el embarazo y el postparto se tratan prácticamente
de la misma forma que los brotes que ocurren fuera del embarazo. Existen
en la actualidad tratamientos que previenen las pérdidas fetales
recurrentes en pacientes con anticuerpos antifosfolipídicos. No
obstante, el factor que más ha mejorado el pronóstico del
embarazo y del feto en pacientes con Lupus es, indudablemente, la calidad
del control obstétrico y la interrelación cercana entre
el reumatólogo y el obstetra.
Debe
recordarse que los corticoesteroides que se usan para el tratamiento de
Lupus Sistémico son inactivados en la placenta y, consecuentemente,
no llegan al feto. Estos preparados, como la prednisona, tampoco llegan
a la leche materna.
Existe
cada vez más convencimiento que la hidroxicloroquina no debe ser
suspendida durante el embarazo en pacientes con Lupus; no se han reportado
hasta el momento anormalidades congénitas en hijos de pacientes
que reciben dicho agente durante la gestación.
Si
fuese necesario, azatioprine también puede ser indicado durante
el embarazo. La mayoría de las series publicadas no describen efectos
secundarios sobre el feto. Existe una amplia experiencia en seres humanos
con esta droga derivada del tratamiento de madres trasplantadas que se
embarazan.
Por
el contrario, existen drogas claramente teratogénicas (productoras
de malformaciones fetales) como la ciclofosfamida y el metotrexate, y
su uso debe ser evitado.
Fuente:
Asociación Valenciana de Afectados de Lupus y Asociación Lupus Argentina