La
Faja
Al
usar cinturón, las mujeres han perdido el hábito de colocarse fajas y
de mantener el vientre sostenido. Por esto, cuando están embarazadas,
no sueñan con comprarse una faja, como lo hacían con toda naturalidad
sus madres. Y está bien así puesto que la faja es inútil, salvo en algunos
casos.
Una
mujer que ya ha tenido varios hijos y cuyos músculos están muy relajados
tendrá una pared abdominal demasiado distendida por su nuevo embarazo
si no usa faja, y lo mismo ocurre cuando el bebé es particularmente pesado
o se trata de embarazo múltiple. Por último, en caso de relajamiento doloroso
de los ligamentos que unen entre sí los huesos de la pelvis, una faja
proporcionará un buen soporte a la espalda.
Si
el médico le aconseja comprar una faja, elíjala con cuidado, de todas
formas su farmacéutico podrá aconsejarle cual es la más apropiada, siempre
es mejor comprarla en sitios específicos como en la farmacia , por que
vienen especificas para cada caso, en este caso para la mujer embarazada
y trae los refuerzos donde son necesarios., para ser eficaz debe:
- Envolver bien
las caderas, es decir, descender por delante hasta el pubis.
- Estar reforzada
en el centro y a los costados a fin de que no se desplace.
- Sostener el útero
manteniendo firmemente la pared abdominal, pero sin entorpecer su desarrollo;
en consecuencia, sin ser demasiado estrecha ni demasiado alta.
No
compre una faja sin probársela antes. Si le da la sensación de comodidad
y alivio, significa que está bien adaptada a su silueta.
Colóquese
su faja mientras está acostada de espaldas. Se acomodará mejor y, en consecuencia,
sostendrá con más eficacia su útero cuando permanezca de pie.
El
Sostén
Si
no es necesario llevar faja, un sostén, resulta por el contrario, indispensable,
pues en los senos mismo no hay ningún músculo que pueda impedirles dilatarse
cuando aumentan de volumen o sostenerlos cuando se vuelven demasiado pesados.
Los músculos que sostienen las mamas son los pectorales. Póngase de perfil
frente a un espejo; apoye sus manos abiertas una contra otra y presiónelas
muy fuerte: Verá que sus senos ascienden por efecto de la contracción
de los pectorales. De esa manera comprenderá que si quiere conservar la
forma curva de las mamas e impedir que se caigan es necesario:
-Hacer
trabajar sus músculos pectorales para que sean firmes, puesto que de
ellos depende el correcto mantenimiento de sus senos. Cuanto más firmen
estén esos músculos, menos tendencia a caer tendrán sus pechos. Unos
buenos músculos son la mejor garantía de un hermoso busto; cuídelos.
-Llevar
un sostén, el volumen de las mamas aumentan rápidamente en el transcurso
del embarazo, a veces en proporciones importantes. Es necesario sostener
las mamas para que permanezcan en su lugar. Lleve un buen sostén desde
el comienzo de su embarazo, aun cuando sus pechos sean pequeños y firmes.
Y ese sostén lo elegirá con cuidado, es necesario que sostenga sin oprimir,
que mantenga los senos bien separados, que tenga copas profundas y que
esté adecuadamente reforzado.
Dos
consejos si sus mamas han aumentado mucho de volumen. Compre desde ahora
sostenes de amamantar. Están especialmente concebidos para sostener un
pecho pesado y le servirán después del nacimiento de su hijo: pero elija
un modelo de algodón; los tejidos sintéticos favorecen la aparición de
las grietas. Lleve un sujetador tanto durante el día como durante toda
la noche para evitar una tensión demasiado grande de los músculos. Por
otra parte, durante el embarazo, lávese con agua fría.
Si
al final del embarazo sus mamas segregan calostro, es decir, un líquido
blancuzco anterior a la leche, usted las deberá lavar regularmente con
agua y jabón para evitar la formación de costras.
Esos
son los cuidados que usted dará a sus mamas. Seguramente oirá decir que
es necesario preparar los pezones durante el embarazo si quiere amamantar;
endurecerlos mediante aplicaciones de alcohol: NO HAGA NADA DE ESO. Por
el contrario, correría el riesgo de que su piel se vuelva demasiado seca,
lo cual implicaría la formación de grietas y le impediría alimentar a
su hijo.
Una
mujer preocupada por la imagen que da será más receptiva a los "se dice",
y es curioso cómo en este terreno de la belleza los prejuicios han permanecido
firmes. Según estos, en la futura madre, "los dientes se carian, las uñas
se quiebran, las manchas tiñen la piel del rostro, los cabellos están
secos y después del nacimiento se caen". Todo depende del cuido y de saber
que hacer en cada momento, y tener en cuenta que muchos prejuicios son
solo tópicos típicos, heredados de nuestras abuelas.