Urgencias, Necesidades y Recortes
Durante
muchos años hemos vivido un auge en infraestructuras y
servicios de todo tipo, polideportivos, autovías, bibliotecas,
museos, aeropuertos, hospitales, centros de salud, etc... financiados
con dinero que no era nuestro.
Ahora, con la crisis económica
y la bajada de ingresos por parte de las distintas administraciones,
como todos sabemos, éstas se han visto obligadas a recortar
o cerrar muchos de estos servicios e infraestructuras.
Los recortes han llegado a
tal extremo, que se están cerrando con más o menos
ruido mediático, centros de salud y servicios de urgencias
por las noches y fines de semana en casi todas las comunidades
autónomas. Son cientos de municipios los que ahora carecen
de servicio médico nocturno por todo el país, pese
a que sus ciudadanos pagan los mismo impuestos que el resto.
En
el municipio en el que yo empece a trabajar como farmacéutico,
con más de 9.000 habitantes, hasta 1981 no habia un centro
de salud con servicio de urgencias tal y como lo conocemos hoy
en día, y que a su vez atiende las necesidades de los habitantes
de los municipios cercanos, algunos a más de 20 minutos.
Hasta entonces, eran los profesionales
sanitarios que residian en el, especialmente los médicos
y farmacéuticos los que estaban disponibles las 24 horas
para cualquier urgencia, y que los ciudadanos agradecian como
podían ¿quien no recuerda cuando al médico
o farmacéutico le llevaban tomates, aceite, aceitunas,
melones, sandias, lechugas...etc?
Durante todos estos años,
el ciudadano ha dejado de valorar el servicio que muchos profesionales
sanitarios prestan a diario, puesto que desde la administración
sólo se les ha hablado de "derechos" y poco de
sus "obligaciones". Sólo hay que ver como la
farmacia de guardia se ha convertido en una especie de "desavío"
fuera de horario, sin respetar al profesional que está
detrás para atender las urgencias.
La
ciudadania clama para que no se lleven a cabo estos cierres, pero
también necesitan de una alternativa para cuando surja
esa inevitable urgencia, y nosotros, los farmacéuticos,
los profesionales sanitarios más cercanos y mejor valorados
por la ciudadania, debemos aprovechar esta coyuntura para recordarles
que estamos ahí, que pueden recurrir a nosotros y dentro
de nuestras posibilidades llenar este vacío creado por
las distintas administraciones, ofreciéndonos a la ciudadania
como la alternativa natural, profesional y cercana, aportándole
un valor añadido a la profesión y aumentando nuestra
reputación entre los vecinos.
En
esta época de recortes y amenazas de toda índole,
es hora de volverle a dar VALOR a nuestra profesion, pero tenemos
que empezar por nosotros mismos, para que el ciudadano lo perciba,
aprecie, vuelva a valorarlo y nos defienda.
Ldo. Domingo Espina Márquez
Farmacéutico Adjunto
Comité Científico Mundo
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